No llego a fin de mes. ¿Cómo lo soluciono?
No llego a fin de mes. Es sin duda una frase que hemos escuchado muchas veces y que también nos ha tocado pronunciar en alguna ocasión. Y no pasa nada: aunque no es lo deseable, es algo normal, que le ocurre a muchas familias en nuestros días. Lo importante es no caer en la desesperación y buscar soluciones inmediatas y a largo plazo. Porque las hay.
Lo primero que hay que hacer es analizar la situación: ¿no llego a fin de mes de manera puntual o de forma permanente? ¿Mis ingresos no dan para más porque son bajos o porque los gastos que tengo son muy elevados? Solo teniendo claro estos aspectos se podrá buscar una solución realmente efectiva. Por ello, agruparemos los remedios en dos tipos: cuando las dificultades se presentan de forma puntual o cuando se producen siempre, mes tras mes.
No llego a fin de mes de manera puntual
A veces se presentan ocasiones no deseables, como que nuestra empresa no nos paga la nómina a tiempo: un retraso de unos días o unas semanas es, a menudo, demasiado tiempo, puesto que el alquiler, la hipoteca, los recibos de luz, gas y agua, las cuotas de escolarización de los niños y otros muchos gastos no se hacen esperar. Pero puede ocurrir también que nos llegue una desagradable sorpresa: una reparación del coche, una multa de tráfico, una intervención del dentista y cualquier otra cosa que haga saltar por los aires el presupuesto del mes. En esos casos, ¿qué se puede hacer? He aquí algunas soluciones a las que se puede recurrir.
- Pedir ayuda económica a amigos o familiares: recomendables solo en los casos en los que haya verdadera confianza y se tenga la certeza de poder devolver el dinero. De lo contrario, se pueden generar conflictos que pueden poner en peligro la relación personal. En cualquier caso, se trata de una solución que se descarta a menudo por implicar una estigmatización de quien pide la ayuda: los problemas individuales, mejor resolverlos de manera individual y privada.
- Echar mano de los ahorros: es una de las soluciones más cómodas. Pero no conviene abusar de ello porque ese dinero en realidad está destinado a otras cosas y no disponer de él en el futuro puede generar nuevos problemas de presupuesto. Además, también puede suponer conflictos cuando esos fondos son compartidos, por ejemplo a nivel de pareja. Y, lógicamente, se trata de una solución a descartar cuando no se tienen ahorros o cuando son insuficientes
- Empeñar oro: es un recurso que se puso muy de moda en la época más dura de la crisis. No cabe duda de que genera un dinero inmediato, pero también tiene puntos negativos. Si hablamos de lo puramente económico, hay una pérdida de dinero clara: las tasaciones nunca te harán recuperar el valor real de una joya, ni siquiera se acercarán a ello. Y si hablamos del apartado emocional, desprenderse de objetos de valor como anillos o collares implica también deshacerse de recuerdos personales, que en muchos casos son impagables.
- Si el famoso “no llego a fin de mes” te lo formulas con suficiente antelación, quizás puedas solicitar aplazamientos de determinados pagos o incluso fraccionamientos para que te sea más fácil afrontarlos. La mayor parte de compañías ofrecen esa posibilidad.
- Préstamos urgentes a través de Internet: es probablemente la solución más efectiva, puesto que el dinero es inmediato y la seguridad del trámite está totalmente garantizada. Además, el plazo de devolución es flexible, mientras que la gestión de estos créditos rápidos sin aval es totalmente confidencial.
No llego a fin de mes nunca
Cuando los ingresos no dan para más de forma sistemática, es decir, un mes tras otro, lo que hay que hacer es tomar decisiones de mayor envergadura. Por ejemplo, prescindir de gastos que no sean estrictamente necesarios. Es el caso de las suscripciones a canales de televisión de pago o las aficiones que impliquen mucho desembolso y sin las que se pueda hacer vida normal. Cuando la economía personal vaya mejor, siempre se pueden retomar.
También se puede reabrir el debate entre coche o transporte público. Está claro que tener un vehículo personal es más cómodo, pero también mucho más costoso: gasolina, seguro, reparaciones… Todo ello sumado supone una cantidad de dinero mucho mayor que un simple abono de transportes para moverte por tu zona. Haz la prueba
Y como última solución siempre queda actuar sobre la propia vivienda: si se vive de alquiler, se puede buscar uno más económico. Si se tiene casa en propiedad, hay que plantearse si merece la pena venderla y optar por un alquiler más flexible. Todo ello es válido con tal de evitar el mayor problema que puede implicar el no llegar a fin de mes: un desahucio. Antes de llegar a ello, cualquiera de las soluciones dadas en este post son de ayuda.